Biografía
López-Chaves, El Torero
(Quince años de luces, … y más)
Por Santiago Martín Puente y José Manuel Regalado.
Corría el año 1977. La noble y apacible villa de Ledesma veía nacer a uno de sus hijos más ilustres y, sin duda, su mejor embajador. Domingo venía al mundo el 1 de agosto, mes taurino por excelencia. Era el segundo vástago del matrimonio formado por Domingo López-Chaves Rodríguez y Cristina Mangas Alonso.
Tiene la suerte de nacer y vivir en el seno de una gran familia. Sus padres –igual que sus hermanas, Cristina y Raquel-, siempre le han dado todo el cariño y apoyo. Han compartido con él su deseo de ser torero y los numerosos triunfos, y han estado a su lado y le han arropado en los momentos más difíciles: en las numerosas y graves cogidas que ha sufrido, en las tardes en las que no entraba el estoque y en los días en que los empresarios no llamaban.
La familia ha sido para Domingo uno de los pilares más consistentes a la hora de fraguar el futuro. Sus padres se preocuparon por darle una sólida educación, basada en los valores humanos tradicionales y en los principios de la doctrina católica. Y esa formación ha sido fructífera: Domingo es un hombre cabal y un profundo creyente, con una especial devoción por la Virgen del Carmen. Esta religiosidad, junto a sus éxitos como torero y al cariño que los ledesminos sienten por él, le llevan a ser el pregonero de la Semana Santa de Ledesma en el año 2007.


Los primeros años de la vida de Mingo o Minguito, como se le conocía y aún se le sigue llamando en el pueblo, transcurren como los de la mayoría de los niños ledesminos de su edad. Acude al colegio “Nuestra Señora del Carmen” y, en los ratos libres, juega al frontón y al fútbol con los amigos, con quienes sigue manteniendo estrecha amistad. Pero dos cosas le diferencian de los demás: la pasión por montar a caballo y, sobre todo, por los toros. Como él mismo contaba en el pregón que pronunció en las Fiestas del Corpus de Ledesma en el año 2004, pedía a los Reyes Magos un capote y una muleta, en lugar de coches teledirigidos, como hacían los amigos. Sus Majestades no le defraudaron y Minguito pasará horas y horas dando pases a toros imaginarios, emulando a las grandes figuras que veía en la televisión.
Era muy niño aún, cuando se pone, por primera vez, delante de una vaquilla. El animal le dio tal revolcón que, según sus propias palabras, le “retiró de los ruedos por varios años”.
Al terminar la EGB, sus padres deciden enviarlo a Salamanca para que curse los estudios de BUP, primero en el colegio salesiano de “María Auxiliadora” y, posteriormente, en el instituto “La Vaguada de la Palma”. A Domingo le cuesta adaptarse a la nueva vida. Echa de menos a la familia, a los amigos, a su pueblo…, y le cuesta centrarse en los estudios. Siente de nuevo el deseo de ser torero y, sin que sus padres lo sepan, comienza a asistir a las clases de la escuela taurina de la Diputación. Domingo lo tiene claro: quiere ser torero, el torero de Ledesma.
La afición de Domingo tiene mucho que ver con el entorno familiar. Su bisabuelo, D. Andrés López-Chaves, uno de los mayores hacendados del alfoz ledesmino, era propietario de una ganadería de reses bravas. Labor que han seguido varios de sus tíos y primos, así como su propio padre.
Como cuenta anteriormente Santiago, el torero nació en el mes taurino de agosto, el día 1 de 1977; nació en una familia ganadera, de raigambre ledesmina y estudió lo que se puede cuando se lleva el gusanillo –el gusano o la víbora eterna- del toro en el cuerpo. Este gusano lo llevó a la Escuela Taurina que dirigen en Salamanca los toreros Juan José y José Luis Barrero.
Esos buenos maestros y las ganas del gusanillo, que ya era alada mariposa, lo llevaron a debutar de luces en Sanchonuño (Segovia) el 1 de agosto de 1993. ¿De qué me suena a mí agosto y el día 1? ¡Claro, que también me suena el 20 de agosto y no digo nada!. Los novillos eran de Trifiño Vegas y le acompañó Rubén Prieto.
De las luces se va a los picadores, como saben bien los taurinos que nos leen. Apunten la fecha y el cartel: Cáceres, 5 de marzo de 1995, novillos de Nazario Ibáñez para un tal Francisco Rivera Ordóñez, en el amor de Ronda, y Gil Belmonte; novillada en la que el de Ledesma cortó tres orejas, dos en el primero. Yo no soy la amable amiga mía, dulce abuela mía, a la que llamó, hace muchos años, tras larga espera, el hijo –gran torero salmantino- y le comunicó:
– Madre, ¡he cortado tres orejas!
Y ella, llena de emoción, más allá de la tragedia y la muerte:
– Hijo, ¿en qué toro?


Domingo López-Chaves, el torero de Ledesma, toreó de 1995 a 1998, más de ochenta novilladas –ochenta y siete para los amigos de las estadísticas- y sus triunfos fueron varios y resonantes. Quizá los más llamativos, no los más importantes porque importantes son todos, pero sí los más luminosos para el recuerdo: El 20 de abril de 1997 con novillos de Palomo Linares cortó una oreja en Madrid y sus compañeros de terna eran Alberto Peña y José Antonio Iniesta. El mismo año, en mayo, triunfó en Barcelona ante novillos de Martín Arranz (vuelta y oreja) y en la feria de Salamanca cortó dos orejas al segundo novillo. El 23 de agosto de 1998 -¡me suena agosto!- con novillos de Gabriel Rojas cortó dos orejas en Almería y en Madrid, el 15 de marzo, tres orejas a novillos de Ignacio Pérez Tabernero, ante El Pireo y José Montes. A esto habría que sumar los triunfos de Zaragoza (una oreja) y Málaga (una oreja)
Como novillero había toreado en América seis novilladas en Puerto Vallarta, México, donde cortó hasta un rabo. Y como novillero, el 23 de julio de 1995 –casi agosto- lo corneó uno de Clairac, en Colliure –yo siempre puse Collioure, lugar sagrado para mí y para todos los poetas, cerca de la frontera de España por Cataluña, la tumba eterna del poeta español, pobre y rico, eterno, eterno-, cornada en el triángulo de Scarpa, ¡el triángulo!. ¡Vaya, por allá donde la vena safena o la arteria femoral, donde la muerte de los toreros si nadie llega a una correcta hemostasia! (¡Toma ya!).
Era menor de edad, pero ante tal desastre se debe operar sin ningún consentimiento, la decisión es del cirujano, creo yo… Se dice que estuvo toda la noche sin operar porque era menor de edad, como si los menores de edad no tuvieran triángulo de Scarpa… Alternaban con Domingo, El Trueno y Alberto Manuel.
¡Y alternativa!Es el 1998, el 15 de septiembre. ¡Es Salamanca!
El padrino fue Joselito y el testigo se llamaba Enrique Ponce, se llama, lo digo por si no lo conocían. Los toros de Verónica y Pedro Gutiérrez Lorenzo. López-Chaves cortó esa tarde tres orejas –una, en el segundo-.
La alternativa la confirmó en España -¡Las Ventas, claro!- con un toro que se llamaba Peluquito, del Jaral de la Mira, y tuvo como padrino a Alberto Ramírez y como testigo a Rafaelillo. Iba el maestro vestido de grana y oro y dio una vuelta al ruedo en el segundo.
También la confirmó en México, en México, la México, necesaria ahora la redundancia, el 7 de mayo de 1999 con toros de La Misión y como celebrantes Francisco Dodoli y Juan Pablo Llaguno. Celeste y oro para el óvalo inmenso de la México. Fue ovacionado en ambos toros.
La temporada de 1998 ya era breve. Toreó en Salamanca el 16 de septiembre y en Leganés, el 19. La temporada de 1999 se vistió de luces en Ledesma, el 6 de junio, en Fuentesaúco el 5 de julio y el día 17 en la Feria de Salamanca. Pero fue amplia su temporada americana, toreó el 15 de febrero en Jalos, el 20 en Tequisquiapan, el 18 en Aguascalientes, el 15 en Tijuana, el 5 de septiembre en Jerez y el 7 de mayo volvió a la Monumental de México –D.F., porque me escribe mi hijo y me dice que no diga México, si es México D.F. ¡Y no es que yo tenga un hijo mejicano sino que tengo un hijo salmantino que sabe más que nadie de la novela mejicana, de la literatura mejicana, quiero decir más que nadie!. Y a veces, me lleva lejos y en las Plazas vacías, recuerdo las hazañas de los toreros españoles. En el 2000 toreó en España, en Béjar, la plaza de romería más antigua de España, el día 8, día de la Virgen; en Salamanca, el 21 -¡vaya por Dios!- y en América en Jerez, Jiquilpan, Tlaltenango… En 2001 toreó en Portugal, en Guarda. Y en Masueco, Ledesma, Peñaranda, Guadalix y Salamanca.


En 2002 toreó doce corridas, el 23 de junio en Barcelona y el 13 de septiembre en Salamanca, con algunas comparecencias en Portugal: Nave de Haver, Freixo y Penamacor. La temporada del 2003 se centra en España y alguna salida a Francia –Vergeze, Santa María de la Mer- y en España, Barcelona el 8 de junio, Salamanca el 12 de junio, Málaga el 12 de julio, Madrid el 27 de julio y Salamanca, el 14 de septiembre. Toreó diecisiete corridas en España. Similar a la de2004: Toreó en Madrid el 8 de mayo y el 27 de junio, en Pamplona -¡ahí, valiente!- el 11 de julio con toros de Miura y en Bilbao el 15 de agosto -¡agosto, agosto!- para acabar con nueve corridas en España el 26 de septiembre en Logroño, donde no mató ningún toro porque fue cogido en el segundo de la tarde cuando le hacía un quite al toro de Luis Miguel Encabo.
Fue más viva la temporada del 2005 en la que toreó en España veintiuna corridas, una en la Monumental de México (20-II) y dos en Francia, en Mont de Marsan (17-VII) y Bayona, siete de agosto –agosto, agosto-.
En plazas españolas toreó en Almorox, donde el Lazarillo le birlaba al ciego las uvas, en Almorox, el 20 de agosto, con lo que a mí me suena el 20 de agosto. Y el 24 toreó en Sabiote a las afueras de Úbeda, reina y señora, así como Baeza pobre y gitana, al decir del amigo eterno. El 12 de septiembre estaba en Salamanca y el 12 de octubre en Madrid o el 15 de octubre, ¡Santa Teresa!, en Ávila…
¡El año 2006!
Es Luciano Sánchez, presidente de la Peña del torero de Ledesma, el que resume esta temporada en las páginas de EL ADELANTO: “Sin lugar a dudas, la temporada 2006 de Domingo López-Chaves pasará a la historia como el resurgir del torero ledesmino, hecho que lo puede colocar en temporadas venideras en la élite del toreo”.
No era para menos. El torero empezó, donde hay que empezar, en Castellón; una escala en Sevilla -¡jo, otra encina en la Maestranza!- y nos vamos al Pilar, al rumor del Ebro, a Zaragoza y allí la sangre…
Hay que pagar el éxito y la gloria.
Como dice muy bien Luciano Sánchez “en su currículo está el haber triunfado con ganaderías denominadas “duras”, que sólo de pensarlo produce escalofríos, Cebada Gago, Cuadri, Adolfo Martín, Victorino Martín, Hernández Pla, Miura, Palha y Juan Luis Fraile entre otras…”.
Toreó treinta y tres corridas en España –La Magdalena de Castellón, Sevilla, Madrid, Pamplona, Barcelona (el 20 de agosto, el 20 de agosto), Salamanca, Logroño, Madrid- y cuatro en Francia.
En 2007, arranca en las honduras de Valero, temprano, en el primer mes del año y corta cuatro orejas. En invierno aún indultó un toro en Valdemorillo y, en febrero también, le cortó dos orejas y rabo al toro del Festival de Ciudad Rodrigo. Torea en Sevilla y Las Ventas. Ha empezado pronto una larga temporada que lo llevaría a varias plazas francesas –Arles, Nimes, Ceret, Mont de Marsan…- y a Pamplona. Cortó orejas en El Puerto de Santa María, Sevilla, Málaga, Zaragoza, Nimes, Almería, Granada, Albacete, Segovia, Valladolid, Vitoria y el 16 de septiembre corta dos orejas en Salamanca…


Y 2008 se presenta prometedor. Otra vez Castellón, Valencia, 1 de abril en Sevilla y torea dos veces en Las Ventas en el mes de mayo – 9 y 31-. Herido en Santander el 25 de julio ya está en la Virgen Blanca de Vitoria -agosto, agosto-. Cortó dos orejas en la Feria de Salamanca y cerró la temporada española en Granada, “al aire de la romancesca Granada” y Alba de Tormes.
Santiago Martín Puente se ha preocupado también de redactar algo sobre la temporada del 2009. No sin cierta melancolía escribe: “Torea únicamente seis corridas (Madrid -2-, Ledesma, Estella, Arles (F) y Salamanca). La temporada dependía en gran medida de lo que hiciera en Madrid. El primer día, (Feria de la Comunidad) cuajó una buena faena a un toro de Adelaida Rodríguez”.
En San Isidro torea una corrida de Samuel Flores y comparte cartel con Diego Urdiales y Javier Valverde. Le tocó un mal lote en tarde ventosa. ¡Y Madrid, aunque injustamente, cierra muchas puertas!
Buenas faenas en Ledesma y Estella; igual que a los otros de Adelaida tampoco mató bien a estos, fallo que le impidió cortar orejas, lo que sí hizo en Arles y Salamanca.